Todos
en algún momento de nuestras vidas, queremos que nuestra vida cambie. Unos nunca encuentran la forma de cambiar, otros
acomodados como están en su vida, tienen miedo al riesgo; son muchos los que se
conforman con un cambio en su forma de vestir, en su corte de pelo, porque su
imagen es diferente. Pero los hay, que un cambio físico no les produce una recompensa en absoluto.
En
nuestras vidas todo parece ir muy rápido, y para los que se quedan en las
gradas observando la carrera de los demás, les parece eterno el hecho de no
atreverse a emprender su propia carrera. Les pasan los años como si fueran
siglos.
El
problema de querer cambiar nuestra vida, es que muchos han tenido tiempo de
pensar bien a fondo cual quieren que sea el cambio, como debe ser, y lo que
quieren es que se produzca lo más pronto posible. Se cabrean porque ese momento
nunca les llega. Y es que los ideales no existen, porque lo que ellos piensan
es lo que ellos sueñan, y atreverse a vivir un sueño es emprender una carrera a
fondo.
Por eso
muchos anuncios se hacen eco de nuestras ganas de emprender algo nuevo, de
nuestra capacidad de querer cada vez más, y más cambios; de no conformarnos con
que las cosas sean como son, con nuestra infinita en incontrolable virtud de
soñar con lo que no tenemos. Y Orange lo hace en su anuncio: “Tu
vida cambia con Orange”.
No creo
que una compañía de telefonía móvil cambie nuestra vida pero, lo que sí que me
parece interesante de todo esto es ver, que podemos cambiar todo lo que
queramos; que es en el fondo, y aunque los intereses sean que te unas a la compañía,
el mensaje que alberga el anuncio.
Y
añado, que no basta con querer cambiar, si no que si quieres, tienes que
cambiar. Esto es algo que deberíamos pensar todos alguna vez, y me incluyo en
ese todos. Porque queramos darnos cuenta o no, nadie elige nuestras elecciones
sino nosotros, y posiblemente no debamos limitarnos a que nuestra vida pase y
nosotros seamos los espectadores, y no el personaje protagonista.
Las
cosas no surgen sólo con pensarlas, y tampoco con soñarlas; porque sólo hay dos formas de vivir un sueño,
soñarlo o vivirlo. Y aunque sea muy fácil decir vivirlo, supongo que el truco
para que ésto sea una realidad, es aprender, por muy mal que suene, a ser egoísta,
a pensar en uno mismo, a no centrarte en nada que no sea vivir lo que quieres
vivir. Aunque buscar escusas, cerrar los
ojos y meterte unas horas en el mundo soñado sea infinitamente fácil para todos aquellos a los
que lo que no controlamos y lo que no conocemos, nos aterra profundamente.
Que
paséis buenas noches.
Un
beso.
" porque sólo hay dos formas de vivir un sueño, soñarlo o vivirlo " me ha encantado Mari. A demás de estar deliciosamente escrito me ha recordado a mi de pequeña cuando le decia enfadada a mi padre cuando discutiamos "pues jo soc aixina i no puc canviar". Y ahora me he convertido en alguien que ha cambiado y cambia, pero con miedo, porque los cambios dan mucho miedo (somos seres de costumbres). Pero en fin, el mensaje es claro y debemos seguirlo, podemos cambiar lo que queramos.
ResponderEliminarMaria me ha gustado muchísimo! Con cada palabra que iba leyendo mis ganas por leer más y más iban en aumento también.
ResponderEliminarY es que la verdad es que tienes más razón que un santo, no debemos limitarnos a ver pasar los días, ni tampoco debemos creer que nuestros sueños nunca se cumplirán, debemos luchar por lo que queremos y vivir en definitiva!
Muy inspirador :)
Elia.
Por fin puedo comentar, que bien :)
ResponderEliminarMe encanta la entrada, en los dos últimos años he tenido muchísimos cambios, algunos que quería, otros que llegan de golpe y me tengo que adaptar y todos los que están por llegar, parte que que deseo que lleguen ya. Y es que si no vivimos lo que queremos vivir, ¿que estamos haciendo con nuestra vida? Me ha gustado la reflexión y el anuncio, y creo que me voy a leer bastante estas palabras :)
Nada, ni nadie, puede garantizar que todo irá bien si decides cambiar tu vida. Esa es la realidad. Pero una cosa está clara, si no te gusta la que tienes, no tiene ningún sentido mantenerte aferrada a ella. Si te arriesgas y te lanzas a volar, podrás estrellarte, cierto, pero tendrás alguna posibilidad de volar bien alto. Si te quedas agarradito a tu rama, siempre estarás allí. Eso se puede aplicar a los sueños que cada uno tiene. Hay que intentarlo. Hay que tenerle más miedo a la frustración que al fracaso.
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