viernes, 9 de diciembre de 2011

Surreal vs Surrealismo II



Enlazando con la entrada anterior de Mari, pretendo comentar esta exposición del IVAM.
Es curioso, por otra parte, como muchos hemos recurrido a ver las exposiciones de este museo frente la petición de hablar de tres exposiciones. A parte de ello, era la primera vez que entraba en el edificio cuyo interior me sorprendió. Recorrí todas sus salas con calma y entusiasmo a la vez pero destaca inevitablemente “Surreal vs Surrealismo”.
Lo visité principalmente para ver la exposición de Surreal vs Surrealismo ya que esta premisa y lo que se puede leer en la web del IVAM, me llamaban especialmente la atención y porque entre la lista de artistas que exponían reconocí a Marc Quinn, quien fue mencionado en clase por sus autoretratos periódicos (cada 5 años realiza un autorretrato con 5 litros de su propia sangre, rellenando un molde de su rostro y manteniéndolo refrigerado a -1,4ºC. 
Como ha contado mi compañera, la exposición se divide en cuatro salas luminosas a la vez que confortables en las que las obras se encuentran ordenadas cronológicamente desde los años '80 hasta la actualidad. Combina pintura, escultura, fotografía  y escultura audiovisual. 
Cada obra estaba señalada con el título y autor, a demás de una explicación o reflexión sobre su significado. Según, probablemente, consideraciones del artista, se encuentran las pinturas colgadas con o sin marco sobre una pared blanca. Las esculturas, al igual, las vemos directamente sobre el suelo, apoyadas sobre altares o incluso colgadas.
Mediante ellas podemos ver diferentes maneras muy contrastadas de abarcar algo surreal o diferentes formas de considerar el término.
Entre otros, en la primera sala se puede ver "Prision", de Peter Halley (1985).


La imagen de la prisión de Halley me da una sensación más que inquietante. Pero más allá de lo visual me pareció interesante lo que se oculta detrás de ella o lo que la justifica. El autor, mediante sus obras que representan geometrías o elementos icónicos, hace una crítica al papel de la tecnología en la sociedad y como algunos recursos a los que abrimos nuestra casa, como pueda ser internet, nos atrapan, entran en nuestra casa y en nuestro día a día y pueden llegar a "monitorizar y regular nuestras acciones, gustos y costumbres" (cita de la exposición).







En la siguiente sala, a la derecha de la entrada encontramos esta "Anastasia" de Inez van Lamsweerde & Vinoodh Matadin. Esta fotografía manipulada digitalmente nos muestra la imagen de una muchacha de cuerpo adolescente a la vez que surreal. En ella encontramos elementos extraños, más allá de la belleza de su cuerpo poco real, entre los que destaca la máscara negra detrás de la que oculta su rostro. Junto a la mancha negra, su mirada nos muestra una parte de la naturaleza oscura que podemos ocultar todos, que contrasta con la suavidad y claridad de los tonos fríos del resto de la composición, como puede ser su peinado y su piel. 




Relacionada con nuestro objeto de estudio, la arquitectura, vemos "Jornalista Roberto Marinho II" de Dionisio Gonzalez. Este artista español trabaja con sus propias fotografías mediante el retoque digital para mostrarnos la realidad sorprendente de las favelas Brasileñas y la sociedad jerarquizada que esconden. Aquí, como en otras de sus obras, retrata las arquitecturas no planificadas que se forman, creando una imagen muy atractiva visualmente.





 Probablemente el rincón más sorprendente de la exposición era el último a la derecha antes de llegar a la sala del fondo en el que se exponía la escultura audiovisual de Toni Oursler que tanto llama la atención, "Head with tools": se trata de una cabeza-huevo sin cuerpo cuyo rostro se retuerce y no deja de hablar amenazando al espectador y pidiendo ser liberado. La forma de este ente es metáfora de la "condición embrionaria y de la consciencia" según su etiqueta, que atravesada por utensilios de tortura establecen un puente entre lo espiritual o nuestro mundo interior con el exterior. Este artista ha realizado varias esculturas audiovisuales en las que indaga sobre el "desdoblamiento de la personalidad generado por traumas psicológicos". Es curioso el atractivo que genera esta obra y cómo logra atraer la atención de quien anda por la exposición ya que resulta inquietante, perturbadora y de gran tenebrismo. 




Y para finalizar he de mencionar la escultura de Quinn. Sitauda al lado de la escultura de Toni Oursler y a pesar del atractivo de la cabeza-huevo, la escultura de Marc Quinn no pasa desapercibida. 
Un esqueleto al que se unen algunos elementos orgánicos parece levitar en posición de meditación con las piernas cruzadas y las manos juntas.
Con ello el artista pretende reflejar la trasformación de nuestro cuerpo después de la muerte y como nuestra materia, nuestros huesos formados por carbono, pasan a formar parte de la materia orgánica del mundo. Nacemos de la tierra y a ella volvemos, ese es nuestro futuro, volver a formar parte de ella.


1 comentario:

  1. Muy bien por tu comentario, Simply Aby. Es verdad, tenéis una cierta tendencia a ver las exposiciones de este museo. Celebro que estas prácticas te hayan llevado allí por primera vez.

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