domingo, 18 de diciembre de 2011

Arthouse



La historia es simple. En un pub que suelo frecuentar ocasionalmente cuelgan cuadros de diferentes dimensiones. Muchas veces los había estado mirando y admirando, pero nunca llegó a atraparme uno de verdad hasta que colgaron este: 


A raíz de mi gran fascinación por esta pieza un amigo terminó por regalármela y, al hablarme de la artista, Julia Evans, no tuve otra opción que satisfacer mi curiosidad y visitar su galería.
No tengo fotografías propias del lugar, ya que no fui con afán de documentarlo, simplemente de vivirlo.  
Situada en Gata de Gorgos, Julia Evans es propietaria y fundadora de la galería y escuela de arte ArtHouse. En una galería completamente diáfana y de paredes blancas se exponen colgadas las obras de varios artistas que colaboran en su proyecto de “divulgación del gusto por la pintura”, a demás de sus propias. Anexo a  pude acceder al aula en la que se realizan sus talleres, más amplia, con caballetes desperdigados con pinturas empezadas y acababas y otros lienzos apoyados sobre las paredes, a medias. Pero más que su exposición o su taller lo que me llamó la atención fue una sala de trabajo de reducidas dimensiones en la que se abigarraban montones de cuadros acabados e inacabados de Julia. Alma desordenada y fascinante de artista. 
Otro cuadro que me atrapó de una forma especial fue el siguiente, por la triste y perturbadora mirada del chico. Tengo entendido que es un amigo que posa con bastante frecuencia para ella ya que pude ver varios cuadros en los que aparecía, aunque con diferentes expresiones.




 Tanto como algunas de sus obras, o casi más que la mayoría, me gustó escucharla a ella y conocer su actitud e historia con el arte. Curioso es también lo que nos cuenta en su biografía, con especial estos párrafos que me voy a permitir traducir para terminar con la entrada y que ilustran su ser, que percibí mediante su pintura: 


"Jugué con la fotografía y la iluminación haciendo básicamente lo opuesto de lo que uno haría para hacerse ver a uno mismo bello. Esas fotos fueron una enorme inspiración para mí. Yo quería hacer de mí lo más “fea” que fuese posible, pero creando algo bello mediante esa fealdad usando colores y texturas. Para figurar o afrontar lo que la sociedad percibe como feo y para intentar eliminar esa percepción. Para ver si podemos encontrar belleza en una carne grasienta o en un estirado y magullado rostro."


"Hubo un punto en mi vida en el que decidí que odiaba la pintura y odiaba el arte. Los detalles son irrelevantes pero diré que no cogí un pincel en casi dos años. Con el tiempo mi trabajo me capturó. Me atrapó otra vez porque yo no parecía poder escapar de ello. Unos cuantos años antes de esto un amigo me preguntó por qué era pintora. Fue una pregunta que no supe responder. Eso fue hasta ahora. La respuesta es que no tengo elección. Yo realmente tengo que pintar. Si no estoy segura de que me cazaría, estoy segura que me encontraría pintando en sueños. "

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho tu entrada sobre esta pintora. Creo que conocer a un artista, hablar de su trabajo con ella, del proceso creativo, de las dificultades que entraña el arte, da una nueva perspectiva sobre él. Me alegro que hayas tenido esta experiencia. Y, bueno, conserva a ese amigo. Tuvo un detalle magnífico contigo.

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