El otro día me fui a dar una vuelta por el
centro y pasé por delante del IVAM. Puesto que no me apetecía irme todavía a
casa, decidí entrar a la exposición que ponen en la parte de abajo.
Era una exposición de un fotógrafo italiano
llamado Franco Fontana. En la sala, se mostraba una mirada atrás de buena parte
de su obra. Este fotógrafo se dedicaba a retratar paisajes para captar cosas
que a primera vista no vemos. Destacan los juegos de color, luces y sombras.
La forma de contar esa mirada retrospectiva
es mediante un recorrido circular, de modo que mientras avanzamos vamos viendo
la evolución del fotógrafo en cada tema.
En las paredes se exponían sus fotografías
más destacadas o significativas. A un lado de la sala se encontraban sus primeras
fotografías, sobre una pared gris y rodeadas por un marco color rosa palo. A
medida que avanzabas los marcos desaparecen y el tamaño de las obras cambiaba.
Algo que me llamó la atención es que en cada sección (cada una de 4 ó 5
cuadros) había un cuadro más grande que el resto, como si fuera la “portada”
del tema o algo así.
Una de las obras que más me gustó en esta
primera parte es Praga 1967. Al observarla me acerqué porque no sabía si era
una foto o una pintura, a causa de la luz o los colores de la misma.
Más adelante, se exponen cuadros de paisajes
donde Fontana juega con la forma de las nubes y el horizonte, que secciona las
imágenes. La mayor parte de estas obras se caracterizaban por los colores
amarillos y verdes. En ocasiones, los paisajes estaban coronados por un árbol. En
esta parte también introduce el mar en el paisaje y los reflejos en el agua.
A mí, me recordaron al salvapantallas de
Microsoft, aunque mucho más bonito donde va a parar.
En otra sección, se dedica a fotografiar las
señales del suelo, es decir, los pasos de cebra y otras indicaciones pintadas
en el asfalto. Nunca se me habría ocurrido que las marcas en el asfalto podría
se algo curioso de fotografiar.
Por último, expone una amplia secuencia de
trabajos urbanos. Aquí se podían diferenciar claramente dos partes. En la
primera, el fotógrafo se sirve de las sombras humanas para reflejar la huella
del hombre en la sociedad. En la segunda, Fontana parece querer destacar las
obras de los hombres, la arquitectura. Lo más característico de esta sección es
que en bastantes imágenes aparece una persona de espaldas contemplando lo que
el artista ha querido retratar.
En otra parte de la sala, también se exponían
un conjunto de polaroid realizadas por Fontana. Estas estaban cargadas de
vitalidad y color.
Espero que os animéis y la visitéis.
“La fotografía no tiene que reproducir lo
visible, sino que debe hacer visible lo invisible”
De sus trabajos, me deja maravillada el uso del color y sus composiciones. Me alegra que te gustara visitar la exposición.
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